jueves, 2 de julio de 2009

Un duro golpe de la vida


José, un joven de 23 años, estatura media, ojos negros y piel trigueña, vestía una bata blanca y un pantalón negro que sus padres le habían regalado tiempo atrás. Solía salir con sus amigos y pasaba la mayor parte del tiempo con ellos. Era un joven muy inteligente y aplicado, tocaba la guitarra y tenía una banda con sus dos mejores amigos: Jorge y Juan.

Acostumbraban reunirse en un pequeño café después de clases y platicar de las vivencias del día. Después de degustar alguna bebida caliente y uno que otro postre, iban a la casa de José para ensayar sus canciones, pues hacían presentaciones casi todos los fines de semana.

Muchos en el vecindario conocían a la banda, pues en muchas ocasiones los “triple J”, como se denominaban los tres jóvenes, habían representado a su ciudad en eventos nacionales, y algunas veces internacionales. Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, pero José guardaba un secreto desde hace tiempo atrás.

Jorge y José crecieron juntos en el mismo vecindario, se conocieron desde que tenían cinco años. Cuando Jorge cumplió los 18 años decidió hacer una fiesta en su casa. Todo parecía transcurrir normalmente, pero Jorge no se dio cuenta de que su mejor amigo había desaparecido por algunos momentos, José se encontraba con Roxana, madre de Jorge, en una habitación de la casa.

Desde el día de la fiesta, Roxana visitaba a José los fines de semana, se encontraban en diferentes lugares y mantenían todo en secreto. Un día, mientras Jorge caminaba en el parque, vio pasar el carro de su madre por la avenida y, sorprendido, decidió seguir el carro de su madre a escondidas, ya que su madre iba acompañada de José.

Impactado, observaba a su madre y a su mejor amigo en uno de tantos cuartos de un motel, y en lo único que pensaba era en su padre, quien había muerto cuando Jorge tenía cinco años. No sabía cómo reaccionar, nunca se habría imaginado algo así, decidió correr sin mirar atrás.

Jorge pensaba en algo para hacer sufrir a su “flamante amigo”, tenía que hacerle sentir todo el dolor que él había sentido al ver a su madre haciendo el amor en aquel motel de baja calidad. Cuando Roxana llegó a casa, las luces estaban apagadas, todo estaba oscuro y muy tranquilo, parecía que en esa casa no vivía nadie. El ambiente era tenso, pues intentaba encender la luz, pero parecía que la habían cortado. No veía nada. El miedo empezaba a invadir su cuerpo.

Se dirigió a casa de José. Las calles estaban vacías, guiándose solo por la luz de la luna, Jorge se detuvo frente a la casa de su amigo. Muchos recuerdos invadieron su mente, recuerdos de la banda, de cómo lo había conocido; las escenas de cuando lo descubrió con su madre.

Frente a la casa, con unos zapatos negros, una camisa roja, unos pantalones negros, una gorra y un cuchillo; con el que había asesinado a su madre minutos antes, después de haberla golpeado hasta dejarla moribunda y clavarle ese mismo cuchillo, aproximadamente unas cinco veces, con todo el odio y asco que sentía en aquel momento. Ahí estaba José con la mirada perdida, sin ningún deseo ya de vivir.

Al día siguiente, la noticia se regaba en todo el pueblo, alguien había asesinado a Roxana Martínez en su propia casa, y su hijo yacía muerto frente a la casa de José Espíndola, su mejor amigo.

3 comentarios:

  1. Bueno, bien dicen que hasta nuestros mejores amigos nos pueden hacer sufrir. Creo que él no era su amigo en realidad, sino no habría hecho eso. Pero en ocasiones la vida nos da un giro completo y, es cuando más tenemos que pensar la forma en que reaccionaremos.La verdad, sin ser mala onda, no crei que fueras tan creativo. Te felicito. Me ha gustado bastante tu historia

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  2. mmm, no es del tipo de cosas que me gusten leer. Creo que ese no era amigo.

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  3. Muy buen texto este, Antonio. Y muy buen blog, quizá de los mejores. Me parece que te involucraste en el proyecto y que le dedicaste el tiempo necesario. Creo, Antonio, que vale la pena que mantengás este blog y que sigás publicando entradas. Ojalá lo hagás.

    Un abrazo,
    Manuel Velasco

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